Estimados amigos de la Bata de Lusiardo, les escribo desde Rapanui, o la isla de Pascua, donde vivo desde hace unos dieciocho años, cuando buscando una nueva oportunidad en la vida decidí vender la fabrica de chocolates con forma de milongueros famosos que tenia en Olavarria y que no me reportaba mucha ganancia para montar un puesto permanente de Huevos de Pascua y asi asegurarme el puchero.
Acosado por las deudas y los problemas legales - Los herederos del Cachafaz no se tomaban a bien que lo hubiera hecho muy cabezon y tuve algunos problemas legales por el amargor del Chocolate de la figurita de Petroleo, que provoco en un asilo de ancianos varios casos de Gastroenteritis - pensaba en mi soberbia que era raro que nadie hubiera visto una oportunidad de negocio cuando estaba allí y era evidente. En aquella época no existía esto de la Internet y las pocas referencia que tuve de la isla me llegaban por los relatos de veraneantes viajeros que me aseguraban que allí había un filón para muchachos emprendedores como yo. Siempre fui un poco crédulo. A los dieciseis años la vida se me vino encima cuando para comprarle el regalo de reyes a mi hermanita pequeña mis padrastros me vendieron toda la colección de la revista Billiken. Ahí supe que nada era para siempre y que los reyes magos eran una mentira que habían propagado los comerciantes. Huí de casa y fui a guarecerme en una Wiskeria donde todos los viernes había milonga. Allí, sirviendo tragos baratos y apropiandome de la propina que los borrachos dejaban en su extravio, me fui haciendo al mundo de la milonga y pude obtener colocación en una bomboneria de barrio donde rellenaban bombones con vino blanco. Don Fulgencio amasó así una fortuna porque sus bombones eran muy accesibles para la gente poco pudiente. Aquel hombre desconfiaba de los bancos y de la higiene y guardaba todo su dinero en una gran lechera con tapa cerrada con papel matamoscas. Así que cuando la policía vino a buscarlo por el envenenamiento de 30 personas en un casorio, hice lo que hubiera hecho cualquiera en mi lugar. Hui con la lechera, estableciéndome con un nuevo nombre en Olavarria y montando la antedicha fábrica.
Pero la vida da muchas vueltas, como la calesita y el que no esta bien agarrado al manubrio se cae del caballo. Así que antes de que parara la música me compré un pasaje a La Isla de Pascua y con la poca plata que tenia, inverti en semillas de cacao puro, para empezar de cero.
Pero la realidad me dio en la barriga. Apenas llegado vi que lo de los huevos no era negocio. Quise fabricar bombones con forma de Moais, como les llaman a las gigantescas figuras de piedra, pero tuve muchas trabas burocráticas. Al final, agobiado por las dificultades, vendí como droga las semillas de cacao a unos extraviados en busca de nuevas emociones y me puse a fabricar empanadas que vendía a los turistas que salían de Hanga Roa al parque Nacional de Rapanui. Como llevaba siempre una pequeña casetera con música de Canaro y Firpo, mis favoritos, vendía mis productos haciendo firuletes. Esto hizo que a la larga hubiera hasta cien personas interesadas en bailar tango. Mi particular estilo canyenguero se hizo conocido en toda la isla y hubo pronto interesados en tomar clases. Así que me conseguí una pareja llamada Teresa y juntos fuimos enseñando a los autoctonos.
Nuestra milonga es pequeña pero acogedora. Una vez por mes nos tomamos el avión y vamos a bailar a Mendoza, donde hay una movida milonguera interesante. Allí nos conocen y nos respetan. Es más se me llama cariñosamente "El pibe Pilksa" como me han puesto los nativos por mi particular estilo - pregunté que quería decir la palabra porque no tengo tiempo para literaturas y unos muchachos amigos me dijeron que tiene un doble significado: gran maestro, termino que me honra y distingue a la vez, y borracho, que puede aludir a mi estilo . Como soy enemigo de todo trato con las computadores estoy dictando esto a un alumno aventajado que parece bailar muy a gusto con Teresa y al que daré titulo honorario de "Pibito Pilksa". Así que si alguna vez viajan a Rapa Nui, no dejen de visitarnos, estamos a la salida de Hanga Roa en una pequeña pista donde nos verán, sin duda, todos los jueves, meta milonguear.
PD:Venganse en alpargatas porque el suelo es duro.
Acosado por las deudas y los problemas legales - Los herederos del Cachafaz no se tomaban a bien que lo hubiera hecho muy cabezon y tuve algunos problemas legales por el amargor del Chocolate de la figurita de Petroleo, que provoco en un asilo de ancianos varios casos de Gastroenteritis - pensaba en mi soberbia que era raro que nadie hubiera visto una oportunidad de negocio cuando estaba allí y era evidente. En aquella época no existía esto de la Internet y las pocas referencia que tuve de la isla me llegaban por los relatos de veraneantes viajeros que me aseguraban que allí había un filón para muchachos emprendedores como yo. Siempre fui un poco crédulo. A los dieciseis años la vida se me vino encima cuando para comprarle el regalo de reyes a mi hermanita pequeña mis padrastros me vendieron toda la colección de la revista Billiken. Ahí supe que nada era para siempre y que los reyes magos eran una mentira que habían propagado los comerciantes. Huí de casa y fui a guarecerme en una Wiskeria donde todos los viernes había milonga. Allí, sirviendo tragos baratos y apropiandome de la propina que los borrachos dejaban en su extravio, me fui haciendo al mundo de la milonga y pude obtener colocación en una bomboneria de barrio donde rellenaban bombones con vino blanco. Don Fulgencio amasó así una fortuna porque sus bombones eran muy accesibles para la gente poco pudiente. Aquel hombre desconfiaba de los bancos y de la higiene y guardaba todo su dinero en una gran lechera con tapa cerrada con papel matamoscas. Así que cuando la policía vino a buscarlo por el envenenamiento de 30 personas en un casorio, hice lo que hubiera hecho cualquiera en mi lugar. Hui con la lechera, estableciéndome con un nuevo nombre en Olavarria y montando la antedicha fábrica.
Pero la vida da muchas vueltas, como la calesita y el que no esta bien agarrado al manubrio se cae del caballo. Así que antes de que parara la música me compré un pasaje a La Isla de Pascua y con la poca plata que tenia, inverti en semillas de cacao puro, para empezar de cero.
Pero la realidad me dio en la barriga. Apenas llegado vi que lo de los huevos no era negocio. Quise fabricar bombones con forma de Moais, como les llaman a las gigantescas figuras de piedra, pero tuve muchas trabas burocráticas. Al final, agobiado por las dificultades, vendí como droga las semillas de cacao a unos extraviados en busca de nuevas emociones y me puse a fabricar empanadas que vendía a los turistas que salían de Hanga Roa al parque Nacional de Rapanui. Como llevaba siempre una pequeña casetera con música de Canaro y Firpo, mis favoritos, vendía mis productos haciendo firuletes. Esto hizo que a la larga hubiera hasta cien personas interesadas en bailar tango. Mi particular estilo canyenguero se hizo conocido en toda la isla y hubo pronto interesados en tomar clases. Así que me conseguí una pareja llamada Teresa y juntos fuimos enseñando a los autoctonos.
Nuestra milonga es pequeña pero acogedora. Una vez por mes nos tomamos el avión y vamos a bailar a Mendoza, donde hay una movida milonguera interesante. Allí nos conocen y nos respetan. Es más se me llama cariñosamente "El pibe Pilksa" como me han puesto los nativos por mi particular estilo - pregunté que quería decir la palabra porque no tengo tiempo para literaturas y unos muchachos amigos me dijeron que tiene un doble significado: gran maestro, termino que me honra y distingue a la vez, y borracho, que puede aludir a mi estilo . Como soy enemigo de todo trato con las computadores estoy dictando esto a un alumno aventajado que parece bailar muy a gusto con Teresa y al que daré titulo honorario de "Pibito Pilksa". Así que si alguna vez viajan a Rapa Nui, no dejen de visitarnos, estamos a la salida de Hanga Roa en una pequeña pista donde nos verán, sin duda, todos los jueves, meta milonguear.
PD:Venganse en alpargatas porque el suelo es duro.
Comentarios
If you're https://octcasino.com/ having problems finding a winning https://sol.edu.kg/ bet online for the day 바카라 사이트 of your choosing, then https://septcasino.com/review/merit-casino/ there are plenty of opportunities หาเงินออนไลน์ available right here.