Después del papelón protagonizado por mi sobrino Larrapumbi en Sitges y habida cuenta de las raíces romanas de mi nombre decidí obsequiar me cinco días de esparcimiento y formando un tandem con el "Pibe Pergamino" nos allegamos a Tarragona, a la tercera edición de este festival que aunque incipiente viene pegando fuerte. Me ilusionaba ver de las ruinas romanas y adecentar mi estilo de baile, propio de mi maestro Corchito Echesortu, - que es vistoso, aunque errático desde que lo abducieron los extraterrestres - para impresionar a la bella del vestido floreado que, con su presencia en la "milonga del Oriental" ocupa mis pensamientos y me impide dormir o comer alguna picada en condiciones. El Pibe iba a milonguear, porque se tiene por bailarín competente, resistente y le gusta lucir su elegancia en cualquier pista. Debimos llegar al hotel a las 5 de la tarde, pero el desmesurado equipaje del pibeque llevaba 6 pares de zapatos, tres de tirantes, ocho camisas con s...