Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre 26, 2017

LA MILONGA DE QUICUCHO

Eran unos anfitriones macanudos los Quicuchos. Llegabas temprano a su milonga y te acomodaban en el mejor sitio, hasta que llegaban sus amigos “Los artistas” y Quicucho recordaba que la mesa donde estabas se la había reservado a tal o a cual y casi llorando te decía que lo perdonarás, “Porque vos sabes, ellos lo dan todo por el tango” Y  vos querías decirle: “Yo también Quicucho. Me vengo desde lejos para bailar, aunque mañana trabajo temprano y me dejo el alma en las pistas y la mitad de la plata en la milonga, porque al tango hay que apoyarlo”. Pero el Pobre Quicucho compungido te acomodaba donde podía, al fondo, donde ni la pista se veía, junto con otros milongueros no preferentes.  Pero igual, sonriendo y para tener un detalle con vos te invitaba a comer alguna de las empanaditas que preparaba la Quicucha, que no eran muy sabrosas pero tenían buena pinta. “Te hago precio”  te decía. Y vos, que no tenias mucho hambre sucumbias a la gula y le comías dos o tres de esas co