Sucedió en una de esas milongas de provincias con suelo bien lustrado y que se hacen muy de vez en cuando para conmemorar alguna festividad, evento o simplemente porque la gente se aburre. Se me resiste el día y el lugar o acaso mi memoria opta preservar del escarnio y la vergüenza la situación y los protagonistas, no así los hechos que pasare a narrar tal y como me fueron contados. Hasta la una de la mañana, fue una milonga normal sin grandes estridencias: Los entusiastas primerizos acaparando la pista temprano, gente en las mesas solazandose con abundantes picadas, pizza de queso mezquino y cerveza casi caliente. Vino, cortesía, galanteo. Miradas que se cruzan, tandas de "para que" por mover los pies. Algún choque y algún cruce de palabras malintencionado. Espontáneos aplicados dando su recetita a alguna víctima y los consabidos figurantes que bolean alto y giran como diciendo: "esto es técnica, nene y lo tuyo una porquería" Exactamente a la una y dos minut...