"La Milonga de Sucundum debe su nombre al enano volcán extinto donde se asienta. La ambición y la locura del hombre han puesto sobre la superficie del cono una cupula de plastico azulenco que aprovecha la luz natural para iluminar la gigantesca sala y una permanente muestra de arte de lava,con objetos minerales o animales de forma curiosa y una atracción sujeta a la roca volcánica: un Drakkar con cuatro vikingos en siesta eterna desde la única erupción registrada en 1273, que sirve como no podía ser de otra manera como altar de peregrinación y barra con un envidiable surtido de cervezas artesanas y otros brebajes.. Se accede al interior por un agujero horadado en la roca y se llega luego de sortear algunas galerías al centro de la erupción. En el centro mismo, allí donde la tierra manifestó su inconformismo eructando sin mayores consecuencias Ignor Cruster, millonario y filantropo empresario del tango, puso su pista de madera de abeto ruso encerada con aceites noruegos de na...