—La navidad cada día me resulta más insoportable— dice Piton Pipeta hamacándose en su silla de diseño mientras degusta un cóctel de Mamerces hijo en el bar Roñoso New Roñoso. Este «Establecimiento cultural de bajo presupuesto, pintoresquismo rustico y viandas suculentas regadas con aceites saborizados», según se lee en la Nueva guía de sitios marginales con posibilidades de aventura, una publicación que informa a los artistas locales y otros cazadores de antros, ávidos de emociones, nos acoge entre sus mesas mugrientas en la matiné obligatoria, antes de las sesiones milongueras en Milonga del Oriental. Por los ventanales panorámicos vemos pasar chicos y chicas vestidos como Papa Noel, casi todos con cascos de moto en la mano y la consabida bolsa blanca llena hasta el tope. Pero no con regalos sino con alcohol barato. —Martita se pone sentimental de tanto leer los mensajes que les mandan a su programa Rómulo. Sueña con El bazar de los j...