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Mostrando entradas de enero 21, 2018

COMO AFRONTAR LAS FIESTAS SIN PERDER LA MILONGUERIDAD - Por Nicanor Rumiseldo Paredes (facebuquero senior)

Fiestas. excesos. La milongueridad corre peligro. los convites y los agasajos se suceden sin pausa. Aquí le damos consejos cortos para no quedar como un sanguango y perder  esa aura misteriosa que muchos llaman "Saber estar" 1- Si le es imposible pasar por su casa después del agasajo y antes de la milonga debe ir equipado con un kit de supervivencia en la bolsa de zapatos utilitaria: una camisa arrugable en una bolsa del mercadona, pastillas de menta, calcetines, una toalla, un termo con café y sal. En el bolsillo con cierre del abrigo un par de billetes para imprevistos y su dirección anotada, junto con calles aledañas. Conviene tener un peine y una tirita, idealmente. 2 - Nunca vaya al agasajo estrenando un traje. Conviene que se lleve una chaqueta casi a punto de jubilacion, unos pantalones de tiro alto, con tirantes, para evitar las miasmas del baño y una camisa baqueteada. En estas fechas abundan las salpicaduras y las devoluciones. y si el traje tiene que acunar un ch...

El Milonguero que enrollaba inviernos

Llegó "al Oriental" casi con el ultimo tren de la milongueridad turística, cuando apenas quedaban pacs de tango con el emblema del C.I.M.  lamentables bolsitas donde se asfixiaban el choripan recocido, almanaques con postales de milongueros que ya no vienen más y un llavero con zapatos masculinos o femeninos con el insidioso logo del consorcio y el nombre de la milonga apenas sugerido. Cuando se iban los últimos toxi-tangos dejando al borde de la pista su mugre de tarjetas y negocios. Cuando comenzaban los combates en serio en el ring de los "Titanes de la milonga" y los demonios se soltaban por fin, sacudiéndose el almíbar de la pose en épicos contrapuntos de madurez y maña afrontando a la orquesta enlatada con la ventaja de mil tandas repetidas. Traspiraba frío, el  pantalón mojado en los bajos por la lluvia y la inclemencia viniendo a secarse en el calor del micro clima entre el terraplén, bosque y sanja. Con los zapatos de bailar puestos, para ablandarlos pisa...