El mundo del tango ampara a veces a matones, rufianes y farsantes que no teniendo otras actividades legales se dedican a vender todo tipo de productos milongueros, desde festivales con maestros inventados a pócimas milagrosas para hacer bien los pasos. Según estos delincuentes el engaño reditua más y aunque moralmente es inaceptable y punible no implica necesariamente pena judicial. Pero el hombre que hoy nos ocupa es diferente. Un empresario que siempre apostó fuerte por el tango y siempre perdió.
El nombre mismo es casi un oximoron: Inocencio Cagadori. Desvelado desde chico por el tango e hijo de una familia adinerada se prometió a si mismo hacer todo lo posible par difundir el mundo de la milonga en todas sus variantes. Promesa que no se pudo cumplir. Aquí enumeramos sus descabelladas empresas.
FESTIVAL INTERNACIONAL DE TANGO DE SALSIPUEDES - Una improbable cruza entre tango y cuarteto, a realizarse en la localidad cordobesa. Lamentablemente y luego de imprimir los folletos Garquetti se dio cuenta que había una errata en la localizacion. Todos los milongueros y aprendices se le fueron al Salsipuedes de Uruguay, mientras Inocencio esperaba en vano con los maestros, que alojados en hotel de lujo le fueron comiendo todas los pacs que había vendido anticipadamente.
NOCHES DE TANGO Y MALAMBO DE JERUSALEM: Luego de ver "la lección de Tango" de Sally Potter y de haberse regalado con un suculento asado de achuras, regado con varios vinos Cagadori tuvo una pesadilla en la que veía a cinco rabinos bailando "La cumparsita" en ronda con cinco sugestivas bailarinas de largos y brillantes cabellos. Uno de los rabinos comenzaba a zapatear malambo y luego todos terminaban bailando Libertango en un colegio, ante la atónita mirada de los niños. Cagadori sintió la necesidad de hacer cine y financió un largometraje de 40 minutos que dirigió el director de vanguardia Albino Grandases, con el objeto de presentarlo a concurso en los festivales de cine. Fue rechazado unanimenmente y se dice que algunos rabinos ortodoxos pusieron en marcha un golem que vaga por las milongas del mundo preguntando por Cagadori para aplastarlo.
RAMIRO MILONGUINO, UN BAILARÍN FINO: fanático de Hugo Pratt y devoto lector de la historieta tango, en la que el Corto Maltés recala en la Argentina, Inocencio se puso a dibujar esta historieta cuya edición costeo con sus últimos ahorros y difundió en tiendas especializadas y milongas en general, al módico precio de tres con cincuenta. El guión era espantoso y los dibujos tan horribles que la cara del protagonista era imposible de identificar. Donde Pratt dibujaba manos grandes para acentuar la expresividad Cagadori dibujaba los pies gigantescos para que se pudieran ver las figuras de baile en la ronda. Logró así la burla y el menosprecio de los milongueros y del gremio asociado de payasos, que pensaron que era una burla a su digna profesión y lo andan buscando en bandas juramentadas aunque poco serias.
CONCURSO DE RESISTENCIA MILONGUERA Y BUCEO EN EL LAGO TITICACA: Al ver como los mejores equipos de fútbol del mundo fracasaban en la altiplanicie boliviana Cagadori pensó que un milonguero adaptado a la anaerobia tendría ventajas en una pista de llanura. Se pasó dos meses convenciendo a milongueros para que mejoraran su baile en Bolivia, hablándoles además de las terapéuticas aguas del lago titicaca, en donde se podía practicar buceo. Los cuarenta infelices que le hicieron caso no pudieron bailar ni siquiera una tanda. Dos se ahogaron buceando en el lago y treinta y seis le hicieron juicio. Pero Carlitos Mandraca, que tenia pasión por la milonga volvió transformado y ahora es un torbellino imparable en las pistas cuando ignorando quien es y la velocidad horrisona que es capaz de imprimir a sus piernas lo dejan entrar al bailongo.
Despreciado e incomprendido hoy Cagadori malvive en un container, saliendo de noche para que no lo linchen, disipada ya su mala estrella y su dinero. "Hoy me queda solamente el orgullo de haber fracasado siempre" dice con la mirada del que se intoxica con vino barato mientras ruega la benevolencia de las esquivas caricias de la suerte.
El nombre mismo es casi un oximoron: Inocencio Cagadori. Desvelado desde chico por el tango e hijo de una familia adinerada se prometió a si mismo hacer todo lo posible par difundir el mundo de la milonga en todas sus variantes. Promesa que no se pudo cumplir. Aquí enumeramos sus descabelladas empresas.
FESTIVAL INTERNACIONAL DE TANGO DE SALSIPUEDES - Una improbable cruza entre tango y cuarteto, a realizarse en la localidad cordobesa. Lamentablemente y luego de imprimir los folletos Garquetti se dio cuenta que había una errata en la localizacion. Todos los milongueros y aprendices se le fueron al Salsipuedes de Uruguay, mientras Inocencio esperaba en vano con los maestros, que alojados en hotel de lujo le fueron comiendo todas los pacs que había vendido anticipadamente.
NOCHES DE TANGO Y MALAMBO DE JERUSALEM: Luego de ver "la lección de Tango" de Sally Potter y de haberse regalado con un suculento asado de achuras, regado con varios vinos Cagadori tuvo una pesadilla en la que veía a cinco rabinos bailando "La cumparsita" en ronda con cinco sugestivas bailarinas de largos y brillantes cabellos. Uno de los rabinos comenzaba a zapatear malambo y luego todos terminaban bailando Libertango en un colegio, ante la atónita mirada de los niños. Cagadori sintió la necesidad de hacer cine y financió un largometraje de 40 minutos que dirigió el director de vanguardia Albino Grandases, con el objeto de presentarlo a concurso en los festivales de cine. Fue rechazado unanimenmente y se dice que algunos rabinos ortodoxos pusieron en marcha un golem que vaga por las milongas del mundo preguntando por Cagadori para aplastarlo.
RAMIRO MILONGUINO, UN BAILARÍN FINO: fanático de Hugo Pratt y devoto lector de la historieta tango, en la que el Corto Maltés recala en la Argentina, Inocencio se puso a dibujar esta historieta cuya edición costeo con sus últimos ahorros y difundió en tiendas especializadas y milongas en general, al módico precio de tres con cincuenta. El guión era espantoso y los dibujos tan horribles que la cara del protagonista era imposible de identificar. Donde Pratt dibujaba manos grandes para acentuar la expresividad Cagadori dibujaba los pies gigantescos para que se pudieran ver las figuras de baile en la ronda. Logró así la burla y el menosprecio de los milongueros y del gremio asociado de payasos, que pensaron que era una burla a su digna profesión y lo andan buscando en bandas juramentadas aunque poco serias.
CONCURSO DE RESISTENCIA MILONGUERA Y BUCEO EN EL LAGO TITICACA: Al ver como los mejores equipos de fútbol del mundo fracasaban en la altiplanicie boliviana Cagadori pensó que un milonguero adaptado a la anaerobia tendría ventajas en una pista de llanura. Se pasó dos meses convenciendo a milongueros para que mejoraran su baile en Bolivia, hablándoles además de las terapéuticas aguas del lago titicaca, en donde se podía practicar buceo. Los cuarenta infelices que le hicieron caso no pudieron bailar ni siquiera una tanda. Dos se ahogaron buceando en el lago y treinta y seis le hicieron juicio. Pero Carlitos Mandraca, que tenia pasión por la milonga volvió transformado y ahora es un torbellino imparable en las pistas cuando ignorando quien es y la velocidad horrisona que es capaz de imprimir a sus piernas lo dejan entrar al bailongo.
Despreciado e incomprendido hoy Cagadori malvive en un container, saliendo de noche para que no lo linchen, disipada ya su mala estrella y su dinero. "Hoy me queda solamente el orgullo de haber fracasado siempre" dice con la mirada del que se intoxica con vino barato mientras ruega la benevolencia de las esquivas caricias de la suerte.
Comentarios