Dicen que el mundo es un pañuelo. Y aunque hay muchos empeñados en poblarlo de mocos una persona bien nacida y de mundo siempre sabe como comportarse cuando arriba a una milonga que no conoce. Por supuesto, este articulo no es para ella, sino para aquellos pajueranos que asoman su ignorancia por las rondas y no saben comportarse. Aparque su soberbia y humildemente préstese a escuchar estos consejos, que no pocas veces le resultaran de algún provecho.
1 - No entre dando voces, ni fingiendo cierta familiaridad con el de la puerta o quien cobra. Nadie lo conoce, No lo han visto nunca. Su primera impresión es vital. A nadie le gusta un fanfarrón o una abriboca que entra en la milonga cacareando como una gallina. Respete a los que bailan y así lo aceptaran de mejor grado.
2- La elección del lugar es esencial. Debe dar con una mesa que sin estar a la vista de todos, este lo suficientemente bien situada para que lo vean, sin ser un escaparate. Desde allí podrá estudiar el ambiente antes de salir a bailar. Es conveniente que este cerca de alguna mesa de principales. Se dará cuenta cuando los vea. Suele tener carteles donde se lee algo parecido a Reservado a Cachilo, Ramira y amiguitos". Así podrá llegado el caso hacerse apadrinar por estos notables de la milonga, y si les cae en gracia habrá ganado la mitad de la partida.
3 - No lance miradas tristes como un perro a quien el amo ha abandonado. Hasta el momento nadie sabe como baila. Y aunque usted crea que baila bien, siempre será un payaso para alguien. Explote ese primer momento de misterio en el que es una especie de príncipe del buen vestir o una noble y elegante dama de alcurnia que se aburre para darle a su figura ese halo de romanticismo que tanto adoran los enamorados y los poetas. Para lo cual es imprescindible que vaya bien vestido. Si va demasiado informal ese halo mágico será suplantado de inmediato por comentarios del estilo de: Esta milonga se esta llenando de hippis, drogadictos e indeseables.
4- Observe. Observe. Observe. Mire bien quien baila y quien está en la pista para hacerse notar. La diferencia es sutil pero le habilitara las puertas de la milonga. Si saca a bailar a una milonguera sin haber visto como baila puede ensartarse bien ensartado y quedar como un patadura (y si lo es lo potenciará mas aun).
Si acepta la invitación de un caballero bien vestido pero patosete también quedara en evidencia, aunque sea usted la duquesa de los ganchitos. Lo ideal es tener presente a gente que se entregue al tango, baile bien y haga bailar a su acompañante.
Puede parecer una tontería pero, le aseguro, no es nada fácil..
5 - No abuse de su apostura o su hermosura. Lleve su elegancia o su belleza con naturalidad, casi como al descuido. Sino, es posible que tenga al final de la noche algún encontronazo con quienes están habituados a que los admiren, en cuyo caso pueden darle una somanta de palos o arrastrarla de las mechas. Tenga presente que ha venido a mear en su territorio con sus perfectas maneras, su notable urbanidad y su don de gentes y eso no suele caer bien, a pesar de que las milongas están llenas de gente de buena voluntad.
7 - Tampoco abuse de su fealdad. No queremos que al término de la noche se vea perseguido por una turba enceguecida con antorchas en la mano. Compense con sus virtudes, hombre: Explote su simpatía, mujer. Parece mentira que tenga que estar dándole estos consejos a esta edad...
6 - Haga caso a sus pies. No los fuerce a la primera. Deje que ellos, en su sabiduría tanguera lo vayan guiando por la ronda. Si tienen que admirarlo lo admiraran. Si se le ríen siempre podrá huir para nunca más volver. Recuerde. Es la primera vez que va a esta milonga y puede ser la última. Pero solo usted puede hacerla inolvidable. No sea ansioso. Y no se desboque a la primera.. La noche es larga y si se gasta en los primeros compases lo lamentara cuando este tirado en una mesa, sudado, con la camisa manchada de vino y los zapatos todos manchados.
7 - No fuerce tampoco amistades. El que quiere hacerse amigo de todos siempre termina mal. Baile, conteste, escuche. No sea complaciente con los notables. Los chupamedias nunca son del agrado de los principales. Sea usted mismo. No convide con vino. A un amigo le pasó. Le pusieron porquerías en el borgoña y terminó linchado por intoxicar a cinco personas. Se lo digo por su bien.
8 - Sea como un boy scout o una niña exploradora: cortés y caballeroso, amable, comprensiva, generoso, compasiva. Recuerde lo que decía el gran Fiztgerald: Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien, ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas.
Eso es aplicable a la milonga y a la vida en general.
9 - Baile.
10 - Sienta y disfrute.
Si ha seguido todos estos consejos ya tiene nuevas amistades, un lugar en una milonga nueva y acaso la posibilidad de algún amor. Si por el contrario se ha hecho el listo o la linda, anadeando como un pato en una milonga desconocida puede que ya no le sirvan estos consejos. Para los que le doy tres mas:
1 - Llame a un abogado o a un cirujano plástico.
2 - Abandone la ciudad y no vuelva nunca más.
3- Dedíquese a animar fiestas infantiles. Le pagaran por sus payasadas y los niños están en inferioridad de condiciones.
Hasta unos nuevos consejos de su seguro servidor.
1 - No entre dando voces, ni fingiendo cierta familiaridad con el de la puerta o quien cobra. Nadie lo conoce, No lo han visto nunca. Su primera impresión es vital. A nadie le gusta un fanfarrón o una abriboca que entra en la milonga cacareando como una gallina. Respete a los que bailan y así lo aceptaran de mejor grado.
2- La elección del lugar es esencial. Debe dar con una mesa que sin estar a la vista de todos, este lo suficientemente bien situada para que lo vean, sin ser un escaparate. Desde allí podrá estudiar el ambiente antes de salir a bailar. Es conveniente que este cerca de alguna mesa de principales. Se dará cuenta cuando los vea. Suele tener carteles donde se lee algo parecido a Reservado a Cachilo, Ramira y amiguitos". Así podrá llegado el caso hacerse apadrinar por estos notables de la milonga, y si les cae en gracia habrá ganado la mitad de la partida.
3 - No lance miradas tristes como un perro a quien el amo ha abandonado. Hasta el momento nadie sabe como baila. Y aunque usted crea que baila bien, siempre será un payaso para alguien. Explote ese primer momento de misterio en el que es una especie de príncipe del buen vestir o una noble y elegante dama de alcurnia que se aburre para darle a su figura ese halo de romanticismo que tanto adoran los enamorados y los poetas. Para lo cual es imprescindible que vaya bien vestido. Si va demasiado informal ese halo mágico será suplantado de inmediato por comentarios del estilo de: Esta milonga se esta llenando de hippis, drogadictos e indeseables.
4- Observe. Observe. Observe. Mire bien quien baila y quien está en la pista para hacerse notar. La diferencia es sutil pero le habilitara las puertas de la milonga. Si saca a bailar a una milonguera sin haber visto como baila puede ensartarse bien ensartado y quedar como un patadura (y si lo es lo potenciará mas aun).
Si acepta la invitación de un caballero bien vestido pero patosete también quedara en evidencia, aunque sea usted la duquesa de los ganchitos. Lo ideal es tener presente a gente que se entregue al tango, baile bien y haga bailar a su acompañante.
Puede parecer una tontería pero, le aseguro, no es nada fácil..
5 - No abuse de su apostura o su hermosura. Lleve su elegancia o su belleza con naturalidad, casi como al descuido. Sino, es posible que tenga al final de la noche algún encontronazo con quienes están habituados a que los admiren, en cuyo caso pueden darle una somanta de palos o arrastrarla de las mechas. Tenga presente que ha venido a mear en su territorio con sus perfectas maneras, su notable urbanidad y su don de gentes y eso no suele caer bien, a pesar de que las milongas están llenas de gente de buena voluntad.
7 - Tampoco abuse de su fealdad. No queremos que al término de la noche se vea perseguido por una turba enceguecida con antorchas en la mano. Compense con sus virtudes, hombre: Explote su simpatía, mujer. Parece mentira que tenga que estar dándole estos consejos a esta edad...
6 - Haga caso a sus pies. No los fuerce a la primera. Deje que ellos, en su sabiduría tanguera lo vayan guiando por la ronda. Si tienen que admirarlo lo admiraran. Si se le ríen siempre podrá huir para nunca más volver. Recuerde. Es la primera vez que va a esta milonga y puede ser la última. Pero solo usted puede hacerla inolvidable. No sea ansioso. Y no se desboque a la primera.. La noche es larga y si se gasta en los primeros compases lo lamentara cuando este tirado en una mesa, sudado, con la camisa manchada de vino y los zapatos todos manchados.
7 - No fuerce tampoco amistades. El que quiere hacerse amigo de todos siempre termina mal. Baile, conteste, escuche. No sea complaciente con los notables. Los chupamedias nunca son del agrado de los principales. Sea usted mismo. No convide con vino. A un amigo le pasó. Le pusieron porquerías en el borgoña y terminó linchado por intoxicar a cinco personas. Se lo digo por su bien.
8 - Sea como un boy scout o una niña exploradora: cortés y caballeroso, amable, comprensiva, generoso, compasiva. Recuerde lo que decía el gran Fiztgerald: Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien, ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas.
Eso es aplicable a la milonga y a la vida en general.
9 - Baile.
10 - Sienta y disfrute.
Si ha seguido todos estos consejos ya tiene nuevas amistades, un lugar en una milonga nueva y acaso la posibilidad de algún amor. Si por el contrario se ha hecho el listo o la linda, anadeando como un pato en una milonga desconocida puede que ya no le sirvan estos consejos. Para los que le doy tres mas:
1 - Llame a un abogado o a un cirujano plástico.
2 - Abandone la ciudad y no vuelva nunca más.
3- Dedíquese a animar fiestas infantiles. Le pagaran por sus payasadas y los niños están en inferioridad de condiciones.
Hasta unos nuevos consejos de su seguro servidor.
Comentarios