LO QUE SIGUE ES UN ANUNCIO DEL MINISTERIO DE SALUD TANGUERA, A LA POBLACIÓN EN RIESGO DE EXCESOS.
La milongueridad veraniega es leve. Ligera en sus usos y costumbres. Deja a un lado sus hábitos habituales(de costumbre y vestimentas) y se presenta al natural en milongas distendidas y otros eventos al aire libre.
Pero, como bien sabemos, el exceso de calor y de pavimentos fuertes, la floración agudizada de estímulos visuales y otros sentimientos equívocos, pueden mellar y menoscabar la actividad habitual de nuestros milongueritos.
Por eso, es importante que los mantengamos hidratados en todo momento con sus calditos fríos preferidos. Pero ¡Cuidado! Nada de abusar con cervezas o vinos blancos que consumidos en demasía provocan deshidratación y retención de resacas en días subsiguientes. Y mucho menos esos nuevos cavas o Champagnes Yampagnuovos que vienen en utilitarios envases descartables. Pueden parecer ambrosías en esas tandas ásperas de milonga a toda velocidad o D'arienzos acelerados, pero al final de la jornada —sin contar los consabidos riesgos del fermentado en hígados con mucha carga etílica— la combinación de vientres prominentes, sudores exacerbados y la lógica pérdida de las inhibiciones y otros sentimientos primarios, provoca cuadros combinados de extrema peligrosidad.
No compre enlatados de dudosa procedencia y conservación a los amistosos vendedores ambulantes que refrigeran la bebida en cenagales o madrigueras de animales silvestres. Sea previsor y como encargado o tutor responsable, supervise personalmente la viandita de su milonguerito. Evite además bollería industrial, sanguches de milanesa refritos, entremeses de chinchulines fríos y otras golosinas que dañan su salud.
Y un último consejo. Aunque se lo pida de rodillas, aunque le vaya la vida en ello, EVITE MEDICAR AL MILONGUERO DE VERANO.
Todos sabemos de esas panaceas integrales, de esos multi vitamínicos, de aquellas grageas de color pitufo que los milongueritos inconscientes compran baratos y sin supervisión en sitios virtuales de dudosa ética. El paraíso químico está lleno de remedios milagrosos. Confiemos en las hierbas naturales, pero sin mezclar ingredientes en pócimas alquímicas que se presentan como la solución a todos los problemas. Una solución que puede ser final...
Disfrutemos de los beneficios del calor y de la sana camaradería sin perjudicar la maquinaría más perfecta que la naturaleza nos ha dado: Nuestro impoluto concepto personal.
Así que, a estar atentos. Y a bailar con cadencia responsable.
Es un consejo de su médico amigo, Don Mario Pasolinski.
Auspiciado por:
CUENTOS DE MILONGA Y MADRUGADAS. CUENTOS DE MILONGA Y MADRUGADAS VOL.2
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