Ir al contenido principal

LOS HERCOLOBUSIANOS SE LLEVARON EL JUAN CARLOS THORRII2!!!!

La Suerte que es grela nos favorece, desde que Romulo Papaguachi volviera de las tolderías comechingonas. Asi es amigos. El barrio, la ciudad, el país, el mundo entero está conmocionado por la noticia: delante de las narices de un contingente de japoneses que observaban las bondades de la cursilería espacial hecha nave, la "Juan Carlos Thorri II2" fue abducida, chupada completamente por las inteligencias hercolobusianas.
No está bien que un criollo se solace en la desgracia ajena, pero si es meritorio que se castigue la soberbia y la estrechez de miras de esa gente, que quería llenar el planeta polimérico hercolobusiano con porquerías de la factoria Disney.
La chatarra galáctica desapareció sin dejar rastro, llevándose al alma mater de la "Compañía de la Virtud" el despreciable Alejandro Latorri, su copiloto, Ramiro Croto, que participó en nuestro casting para encontrar al peor cantante de tango de todos los tiempòs y también a Tulio Cejeti, conocido borracho que dormia la mona en el interior de la nave y que supo tener su momento de gloria cuando fuera proclamado campeón de truco interprovincial en el año 64.
El Toba Vieytes, nuestro huido producto nuclear de laboratorio, no se hallaba con ellos. Nadie sabe donde se encuentra. Creido en su demencia de que es Gardel, estaria robando algun banco, o firmando autografos, quien sabe...
Ante este nueva agresión interestelar, y a espaldas de lo que piensen los gobiernos terrestres, más preocupados por comprarse cochecitos ecologicos de diseño, antes que salvaguardar la suerte de todos nosotros, que somos ciudadanos de mundo, solo nos queda apresurar los preparativos de nuestra expedicion interestelar, alejando la Carlos Gardel 54 del interes alienigena.(aunque Pitón Pipeta, nuestro hombre de inteligencia sospecha que no han arrebatado nuestra nave gauchita porque es demasiado fea y no reluce, como el cochecito de barbie que se llevaron).
El casting de Operación Tanguitos Piores queda suspendido, el vértigo de los acontecimientos hace que no sea factible encontrar el peor cantante. A los efectos del concurso pondremos muy pronto los finalistas de esta aberración, para someterlos a dictamen público, aunque no tenga ya la trascendencia que el Bailarin Corchito Echesortu, ex amigo equivocado, quiso darle en su momento.
No señores, hemos de interceptar el devenir del gigante Hercolobusiano ,que ya ha modificado su trayectoria para estrellarse contra nuestra pobre tierra. Hemos de salirles al encuentro con las mejores galas, las mejores grabaciones, lo más granado de Gardel y Vargas. Romulo Papaguachi irá al frente, ahora que ha salido mas sabio de su periplo indigena, acompañado de Pitón Pipeta, que se ha prestado voluntario y si es necesario, yo, en calidad de rapsoda milonguero, iré con ellos.
Y más vale que no haya ningun hercolobusiano sordo, porque con las grabaciones de nuestros ídolos haremos a todos esos seres malevolos, milongueros de pura cepa, los atraeremos a la causa lunfarda que hoy triunfa en el mundo, que tanto ni que tanto...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Incidente en el cielo milonguero - Una parábola con implicaciones parabólicas(Por Cátulo Bernal)

 —Eso que los creyentes, llaman el cielo, no es una locación imperturbable —dije mirando a los demás lusiardianos, huérfanos del «Oriental» la milonga al aire libre que ahora solo existía en nuestro recuerdo. Era una noche triste de sábado en que no había una sola milonga en la ciudad condal. Estábamos en la semi penumbra del bar «Roñoso» compartiendo licores de garrafa a la mortecina luz de un par de quinques de kerosén, rescatados del almacén del decrépito establecimiento, luego de que un vendaval de agua cortara toda posibilidad de luz eléctrica en cinco manzanas a la redonda.  En la cocina tres espitas con espetones que mantenían caliente un caldero lleno de aceite para las habituales frituras y otras excrecencias alimenticias, completaban la siniestra iluminación de la taberna, con su característico mural en que se recreaban los bailongos de las cuatro edades del tango: la de oro, la de plata, la de bronce y la nuestra, que nuestro filósofo de cabecera había bautizado com...

A PROPOSITO DEL PIBE JACINTO

El misterio del pibe Jacinto Bailaba feo, pero nadie bailaba como él. El Pibe Jacinto fue el mito más extraño y fascinante de las milongas. La primera vez que lo vi, fue en los confines de aquella efímera milonga de Pocho y Beba, que anduvo desangrando noches inolvidables durante cinco años hasta que ya no fue. Yo paseaba la mirada por la ronda desde una mesa a la que se acercó para cambiarse los zapatos uno de aquellos viejos milongueros con un bolso de cuero al hombro, donde seguramente había un frasco de colonia, un par de pañuelos,   medias y algún libro ajado, además de algunos otros implementos útiles, porque siempre se sabe donde empieza la noche, pero nunca donde se acaba. Aquel hombre, se estaba calzando los zapatos cuando miró a la ronda, divisó algo, puteó entre dientes y, con el mismo empeño que había puesto para calzarse, se volvió a poner los mocasines de calle y se fue sin decir palabra. Miré a la pista. Una pareja avanzaba entre las armoniosas figuras siempre v...

ANOCHE VINO ZOTTO

  Siempre hemos tenido una relación un tanto extraña con el «Nene»   Desencanto.  Desde aquella vez en que el Pibe   Pergamino  me lo presentó en uno de esos eventos con milonga suburbana y compartimos el autobús de vuelta y algunas media lunas pegoteadas en la madrugada tardía. En este verano caluroso lo estoy viendo como un calco de ese ayer, mientras se esmera por sacar a las pibas principiantes en la  Milonga de la Fuente .  La chaqueta arrugada, la camisa negra    blanqueada de sudor, los bajos del pantalón    manchados con puntazos y voleas mal encajadas, el pelo en desorden,  Las puntas de los pies ardidas    de pisar un canyengue mal hecho, los ojos semi cerrados, aunque con el fiero brillo — en la mirada y en la ropa— del milonguero superviviente de otras épocas. Con todo lo bueno y lo malo que esa pertinencia conlleva. Desencanto  proviene de otro mundo, en el que está bien visto que una dama o, en su c...