Muchas veces se ha hablado aquí del bar en el que pasamos la mayoría de las horas en las que no estamos en la milonga o durmiendo; El "Roñoso" que se describe en una guia gastronomica Internacional como un "Establecimiento de Interés cultural, con rustico pintoresquismo, en el que se dan cita los amantes del tango y diletantes de la noche y donde por precios ajustados pueden degustarse selectos especiales de milanesa". La guia sigue por allí sin actualizar y cada tanto alguna turista con ganas de milonga o alguno de esos sibaritas de arrabal que consideran un lujo el vino en vaso se llega al Bar para descubrir un antro humoso y fritolento en donde una caterva de seres vampirizados por el letargo pasan las horas escuchando en un viejo aparato las voces distorsionadas de Corsini o Angel Vargas mientras hacen planes disparatados para salir de la mediocridad y el anonimato e incluso obtener algún dinero. Las paredes que alguna vez fueron blancas están cuajadas por retratos de cantores que no trascendieron y erráticas consignas escritas en fibron sobre cartón de comestibles en los que puede leerse sentencias del estilo: "En esta mesa el compositor Norberto Galadraza, inmortal compositor del tango "El alcahuete" durmió dos horas su borrachera " o "aquí debuto para su mal Orencio Malitru y sus petisos del ritmo" - todos ellos sujetos que ni el mas memorioso recuerda - alternados por otros carteles un poco mas practicos: "pida Queso y Dulce", "Pida Ñoquis Pochito Pizarro" o "pida sanguchito y gancho", que segun Cristino, que viene a ser el cocinero titular y chef amateur es: un pebete de milanesa caramelizado en quinta fritada con reducción y ausencia de tres pimientos en tira.
Preside la pared que da a los baños un gigantesco dibujo de una ronda en la que unas veinte parejas parecen afanarse en un milongon, mientras una chiquillada inquieta en ronda paralela intenta copiar las alternativas de lo que ven en la pista, dándole a todo el fresco, obra del artista Marsulio Mamerces, un aire distendido y que ha hecho a veces vacilar a quien entra por primera vez al bar, o a los borrachos que intentan sin éxito sacar a alguna de las pibas que al costado de la pista en pintada mesa aguardan eternamente que las saquen. Mamerces es hijo del dueño, don Rudecindo, que a lontananza del dibujo, parece presidir la pista con mirada benevola con un plato de los renombrados familiares de milanesa en cada mano.
Es notoria la maestria que el chef ha tenido para copiar los colores de ambos familiares, que junto con otros articulos de similar incomestibilidad se exponen en la vitrina y a los que cada tanto algun osado pasado de alcohol demanda acaso para olvidar un desengaño amoroso o como una via rápida para acabar con su existencia.
Completan el plantel de la parroquia los hermanos Gigena: Castor y Polux . Se dice que una noche Castor echó de una patada a un indeseable, mientras servia girando la bandeja, una cerveza en cuatro vasos. El otro Gigena en cambio lleva siempre una foto de Hitler en la billetera y en el bolsillo de atrás un puñal roñoso que según el perteneció a Palmiro Garmas, guapo y cuchillero del que no se tiene ninguna noticia y que utiliza a veces cuando algun cliente exigente devuelve algun plato a cocina, para arreglarlo un poco con su herrumbre.
En cuanto a la clientela Se compone mayormente de gentes de la Milonga: Cacho y Pocho, llamados los milongueritos del amor porque siempre están a punto de conquistar damiselas y nunca lo logran, apagando su decepción con las chiclosas pizzas de las seis de la mañana, El cura apostata Lamberto, al que echaron porque se robaba las limosnas para ir a milonguear, Piazollita: un bailarín y dijey que anticipa la musica - en ambas disciplinas - y siempre va a destiempo , las parcas: tres amigas que siempre van de negro y que han provocado con su belleza oscura no pocas desgracias en la pista, Los pibes del Citroen: unos cincuentones que suelen ir a todas las practicas para enseñar a las novatas y brindarles su desinteresado cariño, el ballet campomilonguero de los Yumper, que suele recalar los miercoles luego de los ensayos de la obra "La Troila Firpini" que no se estrena nunca, los alumnos de Corchito Echesortu, que suelen venir los jueves antes y despues de la milonga, y los humildes escribas y personajes de este blog: El profesor Maradona, que alterna clases y cortes de pelos en su salón estilista, Piton Pipeta, perpetuo cuidador y hombre del orden del estacionamiento Ombuses, El Indio que viene de la pampa barbara montado en su caballo y solo consume Casalis, Yamate A Zilencio historiador de los perdedores y profuso rastreador de los cantantes que pueblan las paredes del "Roñoso", la vieja promesa del canto Marcelo Labordeboy, Romulo Papaguachi con su casi perenne espacio de Tango "Minutas Milongueras" y este servidor al que de chico pusieron otro nombre, pero usa el sugestivo alias de Catulo Bernal.
Muchas veces se han armado improvisados bailongos corriendo algunas pistas y beodos, segun la suerte que haya tenido Rudecindo Mamerces en la quiniela. Otras hemos visto improvisados conciertos o emotivos espectaculos, como cuando el maestro Gilardito saco el bandoneon y Polux lo acompaño con una destripada guitarra criolla mientras "El Potosi" y Mariana Gondermi bailaron subidos arriba de un metegol. Así que si alguna vez esta aburrido de las luces del centro o quiere hacer tiempo para la milonga bastara que se pegue una vuelta por el "Roñoso".
Que no será el mejor bar del mundo pero es a nuestra sencilla manera de vivir como la casa grande en la que correteabamos de chicos mientras en la cocina se hacian pastelitos y sonaba en la radio la voz de Gardel.
Preside la pared que da a los baños un gigantesco dibujo de una ronda en la que unas veinte parejas parecen afanarse en un milongon, mientras una chiquillada inquieta en ronda paralela intenta copiar las alternativas de lo que ven en la pista, dándole a todo el fresco, obra del artista Marsulio Mamerces, un aire distendido y que ha hecho a veces vacilar a quien entra por primera vez al bar, o a los borrachos que intentan sin éxito sacar a alguna de las pibas que al costado de la pista en pintada mesa aguardan eternamente que las saquen. Mamerces es hijo del dueño, don Rudecindo, que a lontananza del dibujo, parece presidir la pista con mirada benevola con un plato de los renombrados familiares de milanesa en cada mano.
Es notoria la maestria que el chef ha tenido para copiar los colores de ambos familiares, que junto con otros articulos de similar incomestibilidad se exponen en la vitrina y a los que cada tanto algun osado pasado de alcohol demanda acaso para olvidar un desengaño amoroso o como una via rápida para acabar con su existencia.
Completan el plantel de la parroquia los hermanos Gigena: Castor y Polux . Se dice que una noche Castor echó de una patada a un indeseable, mientras servia girando la bandeja, una cerveza en cuatro vasos. El otro Gigena en cambio lleva siempre una foto de Hitler en la billetera y en el bolsillo de atrás un puñal roñoso que según el perteneció a Palmiro Garmas, guapo y cuchillero del que no se tiene ninguna noticia y que utiliza a veces cuando algun cliente exigente devuelve algun plato a cocina, para arreglarlo un poco con su herrumbre.
En cuanto a la clientela Se compone mayormente de gentes de la Milonga: Cacho y Pocho, llamados los milongueritos del amor porque siempre están a punto de conquistar damiselas y nunca lo logran, apagando su decepción con las chiclosas pizzas de las seis de la mañana, El cura apostata Lamberto, al que echaron porque se robaba las limosnas para ir a milonguear, Piazollita: un bailarín y dijey que anticipa la musica - en ambas disciplinas - y siempre va a destiempo , las parcas: tres amigas que siempre van de negro y que han provocado con su belleza oscura no pocas desgracias en la pista, Los pibes del Citroen: unos cincuentones que suelen ir a todas las practicas para enseñar a las novatas y brindarles su desinteresado cariño, el ballet campomilonguero de los Yumper, que suele recalar los miercoles luego de los ensayos de la obra "La Troila Firpini" que no se estrena nunca, los alumnos de Corchito Echesortu, que suelen venir los jueves antes y despues de la milonga, y los humildes escribas y personajes de este blog: El profesor Maradona, que alterna clases y cortes de pelos en su salón estilista, Piton Pipeta, perpetuo cuidador y hombre del orden del estacionamiento Ombuses, El Indio que viene de la pampa barbara montado en su caballo y solo consume Casalis, Yamate A Zilencio historiador de los perdedores y profuso rastreador de los cantantes que pueblan las paredes del "Roñoso", la vieja promesa del canto Marcelo Labordeboy, Romulo Papaguachi con su casi perenne espacio de Tango "Minutas Milongueras" y este servidor al que de chico pusieron otro nombre, pero usa el sugestivo alias de Catulo Bernal.
Muchas veces se han armado improvisados bailongos corriendo algunas pistas y beodos, segun la suerte que haya tenido Rudecindo Mamerces en la quiniela. Otras hemos visto improvisados conciertos o emotivos espectaculos, como cuando el maestro Gilardito saco el bandoneon y Polux lo acompaño con una destripada guitarra criolla mientras "El Potosi" y Mariana Gondermi bailaron subidos arriba de un metegol. Así que si alguna vez esta aburrido de las luces del centro o quiere hacer tiempo para la milonga bastara que se pegue una vuelta por el "Roñoso".
Que no será el mejor bar del mundo pero es a nuestra sencilla manera de vivir como la casa grande en la que correteabamos de chicos mientras en la cocina se hacian pastelitos y sonaba en la radio la voz de Gardel.
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