Así es señores, seguimos sin noticias del TORNEO INTERGALACTICO DE TRUCO, EN EL QUE NUESTROS CAMPEONES ROMULO PAPAGUACHI Y CATULO BERNAL desafían la hegemonía de los organizadores y campeones actuales jugando por la supervivencia de nuestra querida patria grande: La tierra.
Recibíamos periódicamente las alternativas por una radio propaladora en sintonía con el satélite GAUCHISAT 4, donde Catulo vertía amablemente sus comentarios por circuito cerrado.Pero hemos sabido que los hercolobusianos, esa raza aguerrida y pedorra, han instalado un mecanismo distorsionador que trasmite a todas horas los peores tangos que se han escrito siendo su hit preferido Azucar, Pimienta y sal.
Visto que había descendido la alta la alta tasa de melancólicos que por lo general acodan sus penurias en las mesas del bar "Roñoso" donde fijo a la pared esta el aparato, siendo reemplazados por sujetos vocingleros y gritones de pésimo gusto hemos optado por girar la perilla inferior del artefacto hasta que se reestablescan las comunicaciones o vuelvan nuestros amigos del asteroide Harrison, lo que ha saneado un poco el aspecto general del bar. Los melancólicos y tristes han regresado; Cacho y Pocho, los milongueritos del amor, resudan una lástima saludable desde la mesa en la que degluten la fainá.
Y acodados en la barra hemos recibido con asombro la explicacion a los tremendos sucesos que desde hace un tiempo se vienen desarrollando en las milongas de alto standig.
Recordaran los avisados lectores que los milongueros principales, las almas del bailongo habían tenido que ser hospitalizados de urgencia por aplastamientos, machucones y gangrenas varias en los dedos del pie. Barajábamos la equivocada hipótesis de un complot hercolobusiano para distraernos del torneo, complot iniciado por los alumnos de Corchito Echesortu, ex amigo, desde que lo abducieran los alienigenas y comenzara a predicar un estilo de baile incompatible con cualquier pista democrática y popular.
Aunque hay discípulos de Corchito implicados en el escandalo que llenó las urgencias de los hospitales la realidad es otra y tiene su origen en una partida de zapatos eléctricos adulterados.
Estos zapatos, con los que cualquier tonto mareado puede hacer una sacada con solvencia, forman parte de un cargamento que los fabricantes retiraron de circulación y llegaron (quien sabe como) a manos del Tucumano Pastura, que dirige la tienda de "LA BATA DE LUSIARDO" en la selva Paraguaya. El Tucumano los fue vendiendo por Internet a muchos novatos que queriendo destacar con su baile han hecho estragos en el rico sustrato milongueril e imposibilitado a maestros y seres mitológicos de la noche tanguera.
Bailar tango no es hacer "pasitos" con zapatos eléctricos. Tanguear en el compás caminando con gracia, elegancia e imprevisibilidad, forma parte de este baile que genera magia al que lo ve.
Demás esta decir que hemos despedido al Tucumano, que se enfrenta a penas de prisión por "daños y perjuicios, abandono de vino e incitación pública a la payasada" tal y como lo anotó el Comisario Grasetti (de la escuela Disarliana) en su expediente.
Ahora la tienda la lleva un criollo de Ley: Sancocho Gutierrez, el de los tiradores. Allí podrán encontrar todos los productos de LA BATA DE LUSIARDO incluidos los muñecos de los alienigenas contra los que han participado nuestros campeones de truco y los malogrados Tito y Pelusa Nuñes, desaparecidos en el asteroide ZAPPA, luego de una juerga con los mineros.
Mientras escribo estas lineas un habitué del bar me incordia insistentemente contandome que tiene algo muy importante que decirme.
Si no fuera porque es el loquito Piasola, famoso por su clarividencia que le permite anticipar sucesos que ocurrirán diez segundos o diez horas mas tarde no me preocuparia.
Pero tal y como están las cosas...
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