El mundo del tango ampara a veces a matones, rufianes y farsantes que no teniendo otras actividades legales se dedican a vender todo tipo de productos milongueros, desde festivales con maestros inventados a pócimas milagrosas para hacer bien los pasos. Según estos delincuentes el engaño reditua más y aunque moralmente es inaceptable y punible no implica necesariamente pena judicial. Pero el hombre que hoy nos ocupa es diferente. Un empresario que siempre apostó fuerte por el tango y siempre perdió. El nombre mismo es casi un oximoron: Inocencio Cagadori. Desvelado desde chico por el tango e hijo de una familia adinerada se prometió a si mismo hacer todo lo posible par difundir el mundo de la milonga en todas sus variantes. Promesa que no se pudo cumplir. Aquí enumeramos sus descabelladas empresas. FESTIVAL INTERNACIONAL DE TANGO DE SALSIPUEDES - Una improbable cruza entre tango y cuarteto, a realizarse en la localidad cordobesa. Lamentablemente y luego de imprimir los folletos Garque...