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Mostrando las entradas etiquetadas como tango y confinamiento

Algunas reflexiones milongueras con boliche vacío y bollo que se estira. Por Diogenes Pelandrun

FILOSOFÍA PARA LA MILONGUERIDAD EN EL ENCIERRO El filósofo milonguero concibe el aislamiento como una parte necesaria del acto de pensar. Se abstrae del ruido y deja que la idea se escape lejos.  En casos como el mío, la asistencia regular a la milonga es, además, una ocasión de exaltación y goce. Es trabajo de campo, de un seguidor y admirador del denostado maestro Epicuro. Por eso mis ideas llegan lejos. Saben que me distraigo y no me esperan. Hay gente que llena su respetuoso metro de distancias con soberbia. Se expanden como globos buscando que su ego nos contacte. Necesitan que su influencia se mantenga siempre en el aire. y cuando uno cree que una palmada basta para alejarlos, ese ego pegajoso, sucio como los globos de cumpleaños después de la merienda, se queda ahí, desagradando ese aire nuestro, que ahora valoramos necesario. En estos meses aquellos que no tienen pareja instituida, que no practicaron regularmente sus pasos con su núcleo familiar, se han vuelto adictos al co