El "Leopardo" Baruje era uno de esos seres que en la milonga no pasan desapercibidos. Dueño de una voz profunda y una erudición confusa y desactualizada era ante todo un tragon. Por la mesa del Leopardo pasaban en noches tranquilas tres o cuatro botellas de Chianti "El Tano Chanta" que acompañaban dos docenas de triples de miga, una milanesa a caballo y crudité de noquis, su plato favorito. El leopardo no convidaba pero no daba la opcion a la envidia: aderezaba todos sus platos con un menjunje picante y gomoso que en sus palabras "Me sacara de la pobreza, cataplumbandome a la elipsis de la alta gastroenteritis". (Como Truman Capote, El leopardo devoraba a diario páginas enteras del Gran Larousse ilustrado zampandose a la par sushi de bondiola, lo que dificultaba su correcta percepcion de las acepciones). El Leopardo era Pugliesiano nativo y por opción: su digestión desmesurada le impedia cualquier milonga rápida. Hace tres meses salió a bailar una tan...