Los tangueros milongueros tenemos una configuración extra en nuestros globos oculares que nos predisponen más facilmente al llanto que otros varones de igual temple y coraje. Lo que no siempre es comprendido por esos mismos varones y no resulta ni una virtud ni un defecto. Este viernes, mientras el plomizo cielo gris daba paso a la oscuridad que engendra hijos como la MILONGA DEL ORIENTAL, vivimos uno de esos momentos; cuando desde la mesa en que lo arropábamos Piton Pipeta, el profesor Maradona , El Garrón Filiberto , Corchito Echesortu y yo, Romulo Papaguachi , nuestro amigo y numen , con la voz ahogada por la emoción reconoció que no iba a poder viajar a Hercolobulus en la Nave Carlos Gardel 54, para llevarles a esos malajes siderales, una muestra de lo mejor(o lo peor) de nuestro tango canción. Romulo se quebró. Desde la prueba de la centrifugadora se lo veía cansado, sin alegría . Mientras hablaba con el fondo optimista de "El sueño del Pibe " con una voz q