No hace mucho contábamos la aparición de Osvaldo Malandra en la "Milonga del Oriental", aparición pavorosa, si cabe, debido a la pésima calidad artística de este sujeto, que cantaba directamente sobre versiones instrumentales de grandes orquestas, arruinando y malversando los tangos en la creencia de ser una reencarnación de Tita Merello. Nos habiamos olvidado de su actuación, de la que salió huyendo con una ristra de chorizos embarrados. Pero el destino tiene a veces la forma de una piedra o mejor dicho de un iman que nos devuelve este tipo de sujetos que se creen artistas. El Caso es que deambulabamos con el amigo Romulo Papaguachi de camino al descanso el lunes, luego de la "Milonga del Pipa" que como muchas entra en receso en Agosto, por el calor, cuando sentimos en un callejón el familiar compás de un tango, que sonaba un poco distorsionado, mas reconocible. Guiándonos por el sonido fuimos derivando hacia una puerta marrón con un pequeño cartel en el que se le...