Cuando veo en la red algún vídeo en el que una pareja mal avenida y mal entrazada intenta sin éxito hacer una coreografía moviendose torpemente como un par de paquidermos espáticos sin gracia extrapolando pasos de algún viejo manual olvidado o acaso reflejando en sus curiosas piruetas las enseñanzas de algún buscavida o vivillo que salio huyendo de alguna crisis monetaria y se pegó un carnet de profesor milonguero en la chaqueta, con solo dos años de tango no puedo dejar de acordarme de la historia de Surtur "malevaje" Kuriger y Gretta Scakingen, quienes poblaron de risas y carcajadas muchas noches de exhibición en las milongas a pesar de que creían hacerlo seriamente. Surtur era el típico niño bien de una familia adinerada al que se le consentían todos los caprichos e iba por el mundo sin ocupación ni preocupación, rodeado de una cáfila de ventajeros que se decían sus amigos y lo querían por su dinero. En una noche de juerga, no muy distinta de todas, un par de granujas l...