No podemos afirmar que fueran visionarios. No podemos decir que fueran milongueros. No podemos comentar que bailaran. Sin embargo la pareja artística conformada por Lucrecia y Miroslav Empanada formaron parte del mundo milonguero a lo largo y a lo ancho de la desgarrada geografía de tacos y puntazos en los que se ha convertido la pista de hoy. Nadie sabe exactamente a que se dedicaban. En un viejo currículum del año 80 solo consta el reclamo publicitario : Donde la pasión y el arte se conjugan, que viene a ser lo mismo que decir: Locura en el cogollo del alma. Otros afiches de la misma época los muestran como una joven pareja con "una energía arrolladora y una imponente precisión escénica". Reclamo publicitario que persiste en el tiempo y en el espacio en diferentes milongas a las que se ofrecen y de las que son rechazados. Básicamente porque es probable e incluso posible que Ludmila tenga la juventud que se le supone. Cosa que no sucede con Miroslav , un tipo qu...