Editorial El Croto acaba de editar esta pésima pieza del costumbrismo milonguero, en el que se cruzan los afanes de baile de una cáfila de adoradores de los bailes de salón y la pretensión milenarista de los escritores amante de porquerías tales como El secreto. Sin abundar en detalles gráficos (el libro parece haber sido diseñado por el hijo de cinco años del editor) paso a comentar esta pretenciosa basura de estercolero. La historia es simple y está mal escrita. Un milonguero veterano repasa en su lecho de muerte los momentos estelares de su vida recordando su traición a los bailes de salón y su poca gracia a la hora de cerrar los tangos. Aunque aprende con maestros y grandes bailarines, el hombre no puede cerrar a tiempo y acaba haciendo un firulete donde no va o poniendo una «pose de lánguida seducción» ( encomillado extraído directamente del libro) cuando el tango hace dos segundo que ha acabado. Esta actitud se trasmite a toda su mi...