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EL CLUB DEL GO DE ORO -Sociedades secretas en el tango argentino. Por Cátulo Bernal

Clemencio Bernal, autor del Libro de las Milonguillas y arqueologo de bailongos, dice el sobre que contiene la postal navideña que nos manda mi padre. Está pintada a mano con lo que parece vino y recrea un bailongo pagano con muchas caras rojas y abrazos alrededor de una hoguera. En la altura se divina la mole imponente de una roca amurallada. Carcasonne, dice. La letra alargada de mi padre nos cuenta:  «Queridos hijos: Ha venido a verme, después de muchos años sin juntarnos, mi amigo, el gran Taulo de Sardo. Hemos hecho vida de turista por Toulouse y al visitar la supuesta casa donde nació Gardel, Taulo ha levantado la vista hacia lo alto y ha comentado que era allí donde solía juntarse una especie de club hermético milonguero, el Go de Oro. Al ver que desconocía la existencia de este cenáculo exclusivo insistió en recordar que en muchas milongas a las que me acompañó tomando notas y asistiendo con referencias marginales a mis escritos ,  algunas gentes le hablaban con una mezcla de f

El profesor de caligrafia milonguera

ENTREVISTAS SOBRE TANGO BAILADO Soy Henry Sacmer. Entrevistador y detective buscavidas. Hasta el momento he entrevistado a 15 raros diletantes de la milonga y he resuelto cinco casos con mascotas implicadas, uno impago. Vivo en la sede de LusiardoTango.Club, al costado de la peluquería del profesor Maradona, activo militante del peinado para bailongos y antiguo juez de Operación tanguitos piores. Mi hogar no es más que una cocina, un baño sin puerta, un almacén-dormitorio pequeño donde se acumulan viejos productos de los Catalogos Lusiardotango.club  y la sala de estar-redacción. En otros tiempos Cátulo Bernal, Desvarietti, Yamate A. Zilencio y Romulo Papaguachi solían remolonear por aquí, comentando la deriva del baile y las milongas ... —¡Sacmer, deje de cubrir sus memorias y  vaya a entrevistar al delirante!  No le contesto. No se le contesta a una voz que sale por un Busto de Gardel, aunque sea la del jefe tácito Hiriart, comunicándose desde alguna siniestra catacumba. El delirante

En la corte del rey tango (Un cuento de la vieja milonga)

   LEYENDAS SOBRE EL TANGO BAILADO  Así lo contaban en la vieja milonga tanguera, cuando las ultimas tandas iban llegando y el sol clareaba con su peluca el horizonte. Venia por el bosque, frondoso de pelambre y el pelo sin gomina, mal cortado. Uno de esos milongueros errantes, caídos por la suerte en el oficio del cambalacheo y la buhonería, repartiendo sus mejores pasos y algunos complementos de otras épocas, por las aldeas al borde de lo agreste. Este que narro no llevaba el típico zurrón de viaje con la marca del zapato bordada, atado al  extremo del palo-práctica. En su lugar un porta traje-alforja con un agujero para la cabeza le caía a modo de capa sobre el cuerpo acostumbrado a mucho invierno y poco guiso. Con esto, un chaleco de sisa mas bien amplia —con flecos de sastre improvisado— y un curioso sombrero ala media de innoble material, se cubría del otoño avanzado por la parte de arriba. Bajo el cinto de doble cuero, trenzado con los gastados cobres de bailongos, dejaba caer e

BREVE SAINETE CON MILONGUEROS REPELENTES

PERSONAJES DEL TANGO BAILADO  LO OUT Y LO OUT. Bajo los árboles se aprecia el lento descenso de temperatura y día. El patio al que solo le falta una parra acoge la práctica. Cual si fuera un encuentro de vecinos en esas remotas calles de la infancia que solo se mantienen en la memoria. Al aire libre se baila, como alternativa sanitaria a la pandemia. Sentados a una mesa alejada, desde donde pueden criticar el baile y admirar a las muchachas con  la sempiterna copa de blanco al lado, los deleznables personajes que nos ocupan: camisetas negras de festivales idos y pantalones claros sin llegar al tono blanco isla, que resalta cualquier torpeza o mancha propia. Aunque no lo saben se los conoce como Ordovisico  y  Silurico . En la pista casi llena, con mascarilla y distancia preventiva, se mueve el tercer amigo e integrante del grupo «repelente» Roberto, el  Cretinico. —Pensar que hace un año estábamos en la playa, enseñando a las pibas, ¿Te acordás Marcelo? —Que tiempos aquellos en que era

EL HIPNOTANGO DE LA SEÑORA GANCHATRÁZ - Por Cátulo Bernal

INVENCIONES SOBRE EL TANGO BAILADO Después de cuatro meses sin bailar salimos con Nina a la practica tempranera del amigazo Fernando Corrado, en los patios de una iglesia. La bolsa de zapatos al hombro y elegante ropa cómoda. Con el nuevo habito de no llegar a ningún lado y dos cambios de vestuario, nos hemos perdido en un nimbo nebuloso, casi corriendo a buscar el metro. Las horas no paran. Riquelme ha publicado que piensa abrir  Milonga del Oriental  muy pronto. Pococho, Hugui y Munin, los habitantes reales de la milonga, nada saben, cuando vamos  a comprar sus «Asados Valiente».    —Hay que apurarse amor. Fernando cierra puertas a las nueve. Miro la aplicación de los transportes.    —El próximo metro pasa en tres minutos. Haciendo Trasbordo llegamos justo, justo. Caminamos a marcha ligera. En la pantalla de la aplicación aparece otro mensaje Por incidencias en el servicio las lineas 1, 3 y 4 de metro se encuentran demoradas. Consulte opciones alternativas.    —Uff, está parad

EL DESFLUIDIZADOR PANZETTI PARA MILONGAS SEGURAS - Un reportaje de Henry Sacmer(By La Recalcada)

INVENTOS PARA SIMPLIFICAR EL TANGO BAILADO EN PANDEMIA LA MENTE NO DESCANSA IMAGINANDO INVENTOS PARA BAILAR SEGUROS Y CONECTADOS.  «Uno de esos locos inventores asegura tener la solución al problema de la seguridad en las milongas, deje de darle lustre a los pasillos con tanta clase virtual y vaya a verlo».  La voz del jefe tácito Puan Hiriart salia como siempre del busto de Gardel, luego de un graznido  conminatorio. Me desperecé en el sillón peluquero del profesor Maradona que  hace de sofa en las oficinas Lusiardo y buscando una mascarilla —que no encontré— me dispuse a entrevistar a un tal Efimio Panzetti, inventor y milonguero en ratos perdidos, según la escueta ficha personal que el excentísimo  —exento de presencia— tuvo a bien descargarme al móvil. Sin dinero para procurarme protección improvisé una mascarilla: rescaté del cajón de objetos perdidos en la peluquería el babero de un niño con un bordado de ositos que desinfecté con un poco de ron del que se usa para cocinar y subi

Unas modestas propuestas para bailar cuando abran las milongas

Hace uno cuantos días me preguntaba cómo podría utilizar mis escasos conocimientos de prevención para extrapolarlos y así contribuir al bienestar de la cosa pública milonguera, cuando quienes parecen velar por nuestro bienestar y necesidades tengan a bien permitirnos asistir a nuestra primera milonga; una cuestión fundamental y que debería estar sustentada en una continuidad en el tiempo y en el espacio, por el bien físico y psicológico de todos.  Consciente de mi infinita ignorancia, aunque teniendo tras de mi el inmenso bagaje de tantas inmortales obras literarias; dejo aquí asentadas algunas propuestas para enfrentar al enemigo con humor, tal como hizo en su momento el insigne Jonathan Swift y su memorable "Modesta proposición"  para acabar con el hambre en Irlanda (obra por la que no se lo tuvo en buen concepto. Si se toman la molestia de leerla, sabrán por qué),  rogando lean lo que sigue como un divertimento sano. LO QUE LEERÁN SON SOLO SUGERENCIAS.  Aunque se sabe,  m