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¿CATULO BERNAL SE CASA? - por Diogenes Pelandrun

Son las ocho de la mañana. El frío empaña los cristales del tangomovil negro del filosofo Pelandrun. La carretera es una cinta larga, aburrida.La espectación me mantiene despierto. En el asiento de atrás Piton Pipeta y Romulo Papaguachi duermen. El coche que fue de un cura se mete en el carril contrario. Grito para despertar a Diogenes. Le sirvo un mate. Estamos viajando por impulso. El mismo impulso que me llevó a preguntarle a Nina si se quería casar cuando volvió de sus vacaciones. Quedó en silencio. Bajo la vista. Sonrió. Me miró con esos ojos que son como el mar de una playa mansa.  Me dijo:    Necesito saber que si te vas un tiempo la casa se va a llenar de  ausencia y aunque este bien querré que me acompañes. Extrañarte en mi mundo. En mi lugar y que me extrañes  en tu mundo, ese hotel embrujado, la milonga, el bar,  tus amigos. Necesito saber que aunque los dos podemos estar solos o llenos de esas cosas y personas  que pueblan nuestras horas, mejor será que estemos juntos comp

LA BALADA DEL TANGO CHICLE - Comentarios de libros por A.Gurrietes Borges

Confieso que había perdido las expectativas y la perspectiva con Editorial  El Croto.  Hasta una dilatada trayectoria de infamias puede de vez en cuando dar alguna perla, como sucedió con Peter Pantango y Las milongas del más allá  (Ver comentario en este mismo blog). Pero eso no significa que Dalmacio Ganci, el editor irresponsable haya madurado, haya aprendido o simplemente haya adquirido con el tiempo un criterio critico atinado. En una editorial de amigos y parientes tapadera de gente bien con ínfulas culturales cada tanto hay una recomendación equivocada. Y de esta recomendación sale después un libro bueno. No es este el caso de La Balada del tango chicle,  obra que parece una redacción de tercer año de secundaria. Quien firma en esta ocasión es un/a tal Carrie Macarry. Y no puedo pensar en los motivos que tiene alguien para usar un seudónimo así. Chiste  interno de un sábado con fiesta y alcohol, como suele suceder con los libros de El Croto . Normal, ¿Y que es exactamente La bal

¡CATULO BERNAL SE CASA! - Por Diogenes Pelandrun

Salgo de la pizzeria luego de verificar que mis nuevas creaciones Parmenides con anchoas, Platon de Bufala y Discepolo con pistachos,  se hornean adecuadamente. Subo al tangomovil, exorcizado de su anterior dueño cura por muchas tandas de Darienzo-Echague y me dirijo al Oriental, la milonga a cielo abierto. Como todos los viernes. En la entrada de ligustrina Bradbury cuenta el cambio y me da el numero habilitante. Alguna vez Riquelme estiro su generosidad de organizador sorteando  una mesa servida para cuatro personas. Los que ganaron, Integrantes del ballet  Soga flaca  comieron para las generaciones venideras. Ahora, si hay sorteo, es para ver en primera fila a los Titanes de la milonga  cuyo publico selecto se compone de apostadores compulsivos. Cátulo Bernal colecciona números y cuando esta inspirado escribe versos cortos detrás para regalar a las muchachas que no le hacen caso.  Ahora todos los números son para Nina, su nuevo amor. Llego temprano. La mesa bajo el árbol de limo

Trogledi Girs y la banda de los «palpitadores» solitarios.

¿Quién no recuerda a aquel muchacho sembrado en años que los picaros y las muchachas veían llegar en impecables traje de tonos frambuesa pisoteada por los carros? ¿Quién era aquel  héroe del la polilla, el heredero de la tinturas que desteñían rosa, que nunca repetía paso o gradación y comandaba aquella banda de oscuros marginales del abrazo, con sus características polainas color mostaza y unos sombreros marrón claro, de ala pintada a mano con motivos florales  donde se leía en trazo fileteado Soy como todos palpitador solitario  a juego  con camisas horribles en tonos verde moco, corbata amarillo plátano  pasado, traje de confección vencido por el peso y el zapato campero, flecudo, irresponsable, acompañante digno del baile no sabido, anárquico, con el que todos lo códigos chocaban al igual que los otros bailarines, los que hicieron de la habilidad una virtud y del defecto una cadencia incombinable? TROGLEDI GIRS ,  le llamaban por su rocosa, férrea forma de  girar desde el cuello s

DAMASO GAGIARI, DESCIFRADOR DE CUADROS MILONGUEROS - Una entrevista de Henry Sacmer.

La voz de Hiriart suena desde el busto de Gardel alterando la calma de la desierta redaccion y mi siesta. "Hay un tal Gagiari que dice ser coleccionista, erudito y director de un pequeño museo con cuadros milongueros. Insiste en concederle a usted, Sacmer una entrevista para revelarle claves de la ronda. Como siempre tiene los vales de choripan y arreglo de la bici a su disposicion. Espero la nota" Aun dormido monto en mi querida Musetta negra con nuevos fileteados espontaneos de los vivillos del barrio y me encamino a entrevistar al hombre. La direccion me suena. Al llegar veo que esta justo al lado del  "Museo de las glorias milongueras" donde se guardan reliquias tangueras en diverso estado de conservacion. Y algunas semovientes. Para que se hagan una idea el "Museo-galeria Gagiari" es un galpón de chapa con umbral y algunas mesa s  que sugiere un mini bar para quienes viene a disfrutar la coleccion. A mano derecha, pasando la barra hay una pequeña

LA SOMBRA DEL AMOR EN UNA HOJA II - Barcelona Tango Meeting 2019. (por Catulo Bernal)

Nina Mira el dibujo que Pugliese esta haciendo. Las parejas bailando en una sugerencia de movimiento sobre la pista llena, mi caricatura que me resulta extraña acaso porque el artista ha insinuado una alegría que no tengo. En cuatro certeros trazos dibujo también un abrazo que contiene la forma de una mujer, una silueta del pasado-futuro. Una posibilidad. —No sabia que habías venido acompañado —dice con esos ojos que han vuelto mas brillantes del duelo. Todo un catalogo de frases ingeniosas se me muere en la lengua. Hablo sin dejar de mirar el papel, como el oráculo que hace futuro a fuerza de voz firme. —Solo me acompañan mis amigos y la ilusión. Esa ilusión que me lleva a proponer al maestro que dibuje en pocos trazos esa idealización que lleva cosida al corazón todo poeta que se precie. La enseña de una mujer inolvidable, que en mi caso es la suma de todas aquellas mujeres que me impactaron y de las que tu...  —¡Poeta Catulo Bernal querido! -—suena una voz jovial  a mis espalda

La sombra del amor en una hoja - Por Catulo Bernal

"No hay una noche que no baile en sueños  sobre la pista en que nos despedimos. En mi sueño no hay otros que nosotros. Hacemos durar el siempre abrazo y todas los destinos se cierran protegiendo nuestros cuerpos. No hay otros que nosotros. Amándonos a tiempo" digo. - Deje de gritarle a los fantasmas, Bernal. Que esa mujer y el marido hace tiempo que se fueron. No ve el polvo, las facturas y las propagandas viejas? - me dice Luconi, apuntando un cañón de cartón, nueva arma en la guerra delivery contra la super tienda "Todo milongueros", que funciona delante de la cerrada "Todo para el milonguero" que era el hogar del amigo Divino y Helena. Helena... donde te has ido? y para que que vuelvo! Helena sin barcas niceas. Con  tanta palabra y  a destiempos... Miro por la ventana y solo veo un maniquí a medio vestir con el peluquin lleno de polvo. La tienda abandonada no me deja ni el consuelo de verla feliz. Error de haber venido. - Che poeta, conecte con el