Me gustan los Tango Maratones. Flota en el aire una concentracion particular que prescinde de los códigos y lo pre establecido. Si viene mucha gente de afuera y los locales se quedan en las milongas habituales, uno puede sentirse un poco turista en su ciudad y confundirse en anonimo abrazo con los maratonianos. Si los de siempre se integran, juegan a sacarse el habito y se distienden mostrandose en horarios diurnos como si milonguearan de entre casa, con zapatillas y en una version menos solemne. Se toman en serio su version pret a porter milongueridad. Quise llevar ese desdoblamiento al maximo invirtiendo unos dineros ganados por textos en cultivar otra personalidad. Prescindí de ritual y viernes en el "Oriental" dejando a los muchachos la mesa milonguera y a Diogenes Pelandrun, el filosofo mi habitual comentario. No importan la edad, la gravedad y las medallas que te cuelga Ego. Segun Diogenes Pelandrun, algunos días no "ser" es la mejor terapia para el alma.