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Mostrando las entradas etiquetadas como TANGO BAILADO

LIBRO DE LAS MILONGUILLAS (Buscando a Clemencio) Por Catulo Bernal.

"La Milonga de Sucundum debe su nombre al enano volcán extinto donde se asienta. La ambición y la locura del hombre han puesto sobre la superficie del cono una cupula de plastico azulenco que aprovecha la luz natural para iluminar la gigantesca sala y una permanente muestra de arte de lava,con objetos minerales  o animales de forma curiosa y una atracción sujeta a la roca volcánica: un Drakkar con cuatro vikingos en siesta eterna desde la única erupción registrada en 1273, que sirve como no podía ser de otra manera como altar de peregrinación y barra con un envidiable surtido de cervezas artesanas y otros brebajes.. Se accede al interior por un agujero horadado en la roca y se llega luego de sortear algunas galerías al centro de la erupción.  En el centro mismo, allí donde la tierra manifestó su inconformismo eructando sin mayores consecuencias Ignor Cruster, millonario y filantropo empresario del tango, puso su pista de madera de abeto ruso encerada con aceites noruegos de navega

¿CATULO BERNAL SE CASA? - por Diogenes Pelandrun

Son las ocho de la mañana. El frío empaña los cristales del tangomovil negro del filosofo Pelandrun. La carretera es una cinta larga, aburrida.La espectación me mantiene despierto. En el asiento de atrás Piton Pipeta y Romulo Papaguachi duermen. El coche que fue de un cura se mete en el carril contrario. Grito para despertar a Diogenes. Le sirvo un mate. Estamos viajando por impulso. El mismo impulso que me llevó a preguntarle a Nina si se quería casar cuando volvió de sus vacaciones. Quedó en silencio. Bajo la vista. Sonrió. Me miró con esos ojos que son como el mar de una playa mansa.  Me dijo:    Necesito saber que si te vas un tiempo la casa se va a llenar de  ausencia y aunque este bien querré que me acompañes. Extrañarte en mi mundo. En mi lugar y que me extrañes  en tu mundo, ese hotel embrujado, la milonga, el bar,  tus amigos. Necesito saber que aunque los dos podemos estar solos o llenos de esas cosas y personas  que pueblan nuestras horas, mejor será que estemos juntos comp

¡CATULO BERNAL SE CASA! - Por Diogenes Pelandrun

Salgo de la pizzeria luego de verificar que mis nuevas creaciones Parmenides con anchoas, Platon de Bufala y Discepolo con pistachos,  se hornean adecuadamente. Subo al tangomovil, exorcizado de su anterior dueño cura por muchas tandas de Darienzo-Echague y me dirijo al Oriental, la milonga a cielo abierto. Como todos los viernes. En la entrada de ligustrina Bradbury cuenta el cambio y me da el numero habilitante. Alguna vez Riquelme estiro su generosidad de organizador sorteando  una mesa servida para cuatro personas. Los que ganaron, Integrantes del ballet  Soga flaca  comieron para las generaciones venideras. Ahora, si hay sorteo, es para ver en primera fila a los Titanes de la milonga  cuyo publico selecto se compone de apostadores compulsivos. Cátulo Bernal colecciona números y cuando esta inspirado escribe versos cortos detrás para regalar a las muchachas que no le hacen caso.  Ahora todos los números son para Nina, su nuevo amor. Llego temprano. La mesa bajo el árbol de limo

Trogledi Girs y la banda de los «palpitadores» solitarios.

¿Quién no recuerda a aquel muchacho sembrado en años que los picaros y las muchachas veían llegar en impecables traje de tonos frambuesa pisoteada por los carros? ¿Quién era aquel  héroe del la polilla, el heredero de la tinturas que desteñían rosa, que nunca repetía paso o gradación y comandaba aquella banda de oscuros marginales del abrazo, con sus características polainas color mostaza y unos sombreros marrón claro, de ala pintada a mano con motivos florales  donde se leía en trazo fileteado Soy como todos palpitador solitario  a juego  con camisas horribles en tonos verde moco, corbata amarillo plátano  pasado, traje de confección vencido por el peso y el zapato campero, flecudo, irresponsable, acompañante digno del baile no sabido, anárquico, con el que todos lo códigos chocaban al igual que los otros bailarines, los que hicieron de la habilidad una virtud y del defecto una cadencia incombinable? TROGLEDI GIRS ,  le llamaban por su rocosa, férrea forma de  girar desde el cuello s

DAMASO GAGIARI, DESCIFRADOR DE CUADROS MILONGUEROS - Una entrevista de Henry Sacmer.

La voz de Hiriart suena desde el busto de Gardel alterando la calma de la desierta redaccion y mi siesta. "Hay un tal Gagiari que dice ser coleccionista, erudito y director de un pequeño museo con cuadros milongueros. Insiste en concederle a usted, Sacmer una entrevista para revelarle claves de la ronda. Como siempre tiene los vales de choripan y arreglo de la bici a su disposicion. Espero la nota" Aun dormido monto en mi querida Musetta negra con nuevos fileteados espontaneos de los vivillos del barrio y me encamino a entrevistar al hombre. La direccion me suena. Al llegar veo que esta justo al lado del  "Museo de las glorias milongueras" donde se guardan reliquias tangueras en diverso estado de conservacion. Y algunas semovientes. Para que se hagan una idea el "Museo-galeria Gagiari" es un galpón de chapa con umbral y algunas mesa s  que sugiere un mini bar para quienes viene a disfrutar la coleccion. A mano derecha, pasando la barra hay una pequeña

LA SOMBRA DEL AMOR EN UNA HOJA II - Barcelona Tango Meeting 2019. (por Catulo Bernal)

Nina Mira el dibujo que Pugliese esta haciendo. Las parejas bailando en una sugerencia de movimiento sobre la pista llena, mi caricatura que me resulta extraña acaso porque el artista ha insinuado una alegría que no tengo. En cuatro certeros trazos dibujo también un abrazo que contiene la forma de una mujer, una silueta del pasado-futuro. Una posibilidad. —No sabia que habías venido acompañado —dice con esos ojos que han vuelto mas brillantes del duelo. Todo un catalogo de frases ingeniosas se me muere en la lengua. Hablo sin dejar de mirar el papel, como el oráculo que hace futuro a fuerza de voz firme. —Solo me acompañan mis amigos y la ilusión. Esa ilusión que me lleva a proponer al maestro que dibuje en pocos trazos esa idealización que lleva cosida al corazón todo poeta que se precie. La enseña de una mujer inolvidable, que en mi caso es la suma de todas aquellas mujeres que me impactaron y de las que tu...  —¡Poeta Catulo Bernal querido! -—suena una voz jovial  a mis espalda

La sombra del amor en una hoja - Por Catulo Bernal

"No hay una noche que no baile en sueños  sobre la pista en que nos despedimos. En mi sueño no hay otros que nosotros. Hacemos durar el siempre abrazo y todas los destinos se cierran protegiendo nuestros cuerpos. No hay otros que nosotros. Amándonos a tiempo" digo. - Deje de gritarle a los fantasmas, Bernal. Que esa mujer y el marido hace tiempo que se fueron. No ve el polvo, las facturas y las propagandas viejas? - me dice Luconi, apuntando un cañón de cartón, nueva arma en la guerra delivery contra la super tienda "Todo milongueros", que funciona delante de la cerrada "Todo para el milonguero" que era el hogar del amigo Divino y Helena. Helena... donde te has ido? y para que que vuelvo! Helena sin barcas niceas. Con  tanta palabra y  a destiempos... Miro por la ventana y solo veo un maniquí a medio vestir con el peluquin lleno de polvo. La tienda abandonada no me deja ni el consuelo de verla feliz. Error de haber venido. - Che poeta, conecte con el

Satur y Crenchini . dobles de riesgo milonguero. Una entrevista de Henri Sacmer

La voz de Puan Hiriart suena como siempre desde el busto de Gardel. "Sacmer, deje de hacer el tonto como detective y vaya a ganarse los porotos entrevistando a Gente que trabaja de vcrdad. Satur y Crenchini, dobles milongueros. Averigüe que hacen y traigame una historia. Asi que cierro  mi nueva oficina, el cuarto donde guardan los productos fallidos los del blog y aviso a mi secretaria honoraria,  la jubilada Dorita, una clienta permanente de permanentes en la peluqueria del profesor Maradona para que tome los recados y atienda llamadas si alguno pierde un caniche, un jamón o la identidad y contrata mis servicios. Ahora he pintado la musetta en tono oscuro. Uno del barrio del que se sospecha autor del payaso de la hamburgueseria sodomizado en en el metro Plaza España fileteo un cartel para la bici: "S. Emprend" con letras que se le fueron agrandando a medida que pintaba sin control ni regla. No le pague. Dejo la bicicleta atada y miro desde afuera el lugar de la cita:

EL CASO DE LOS CALCETINES DESAPARECIDOS - Un episodio detectivesco en la milonga. Por Henry Sacmer

El atardecer brillaba como la cara de un milonguero enardecido por bailar la tanda de Pugliese con las mejores bailarinas .Los amigos y las gentes en general se encomendaban al ocio estirando las piernas con cerveza o vermut.  En la redacción física de Lusiardo Tango Club se oía la nada, interrumpida por  los quejidos de las damas a las que el profesor Maradona quemaba el pelo con pasión y tinte barato. Desde el busto de Gardel me llegó la voz del jefe tácito Puan Hiriart  - Artista sacmer, otrora conocido como Sacamerdi,  deje de babear el catalogo de boludeces milongueras de este año y gánese los choripanes.  Están desapareciendo muchas cosas de diferentes milongas, la ultima y no menos inusual un par de calcetines femeninos en uso.  Tráigame una historia. Una investigacion sobre calcetines? Quien roba calcetines de la milonga cuando hay tanto olvido de paraguas, zapatos y pasos? Periodista detective, una nueva ocupacion. Me puse mi vieja gabardina color azul que encontré en una t

Milonguero de familia

Llegó a ultima hora de la tarde. Venia como siempre con perfume de  alcohol, el traje impermeable desordenado, el día anterior traspirado y puesto sobre el cuerpo. Toco el timbre. Golpeo. Volvió a tocar confirmando el protocolo e  inquietando a la melliza que dormía. - Hola Celia. - Tenia la mirada perdida del que vive superponiendo el pasado sobre el futuro y no existe en ningún presente - Esta Nicolas? - Estar está, pero depende para quien no responde - dijo la mujer mientras cerraba con una mano  la pequeña bolsa de basura con los pañales acumulados y con la otra acomodaba los cierres del traje con los sellos para su turno del hospital.. - dejalo vieja - La voz adormilada del marido sonó corta como sus sueños y casi tan distante como su reposo - tiempo que no te veía, Carlos. - Ya lo vez Nicólas, la ronda sigue girando. - Pero para algunos ya va girando lejos, compadre - Dijo el hombre dando un beso a su pareja - Voy a sacar un pollo al horno con papitas, Si te da hambre cuando

Tarareando tangos de moda como si fueran nuevos.

Estamos como cada viernes en nuestra mesa bajo el limonero y al pie de la terrosa pista del Oriental  milonga, descampado, potrero futbolístico, ring para los  Titanes de la Milonga  y sala de ensayo a cielo abierto del barrio que alguna vez fue pampa y hoy una manzana agreste con  nuevos edificios  asomados detrás del bosque que el jardinero Japonés Cepito hizo crecer para darle un paisaje mejor a su cabaña rustica y al templo shintoista donde reza. El Oriental está en modo hipérbole. Será que la concurrencia anda buscando aquellos perdidos carnavales de comparsa y mascarita que tanto gustan al amigo Romulo Papaguachi  «porque se conocen inolvidables amores» suele decir, quien casi se pierde por la bataclana Olguita Filiber. El hombre está viniendo a milonguear seguido desde que volvió a dar clases el maestro del paso desvariado Corchito Echesortu. Y para no dejarlo solo hemos hecho comitiva  El Indio Martin, Diógenes Pelandrún el filosofo y un servidor llamado Cátulo, poeta de la m