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Unas modestas propuestas para bailar cuando abran las milongas

Hace uno cuantos días me preguntaba cómo podría utilizar mis escasos conocimientos de prevención para extrapolarlos y así contribuir al bienestar de la cosa pública milonguera, cuando quienes parecen velar por nuestro bienestar y necesidades tengan a bien permitirnos asistir a nuestra primera milonga; una cuestión fundamental y que debería estar sustentada en una continuidad en el tiempo y en el espacio, por el bien físico y psicológico de todos.  Consciente de mi infinita ignorancia, aunque teniendo tras de mi el inmenso bagaje de tantas inmortales obras literarias; dejo aquí asentadas algunas propuestas para enfrentar al enemigo con humor, tal como hizo en su momento el insigne Jonathan Swift y su memorable "Modesta proposición"  para acabar con el hambre en Irlanda (obra por la que no se lo tuvo en buen concepto. Si se toman la molestia de leerla, sabrán por qué),  rogando lean lo que sigue como un divertimento sano. LO QUE LEERÁN SON SOLO SUGERENCIAS.  Aunque se sabe,  m

Algunas reflexiones milongueras con boliche vacío y bollo que se estira. Por Diogenes Pelandrun

FILOSOFÍA PARA LA MILONGUERIDAD EN EL ENCIERRO El filósofo milonguero concibe el aislamiento como una parte necesaria del acto de pensar. Se abstrae del ruido y deja que la idea se escape lejos.  En casos como el mío, la asistencia regular a la milonga es, además, una ocasión de exaltación y goce. Es trabajo de campo, de un seguidor y admirador del denostado maestro Epicuro. Por eso mis ideas llegan lejos. Saben que me distraigo y no me esperan. Hay gente que llena su respetuoso metro de distancias con soberbia. Se expanden como globos buscando que su ego nos contacte. Necesitan que su influencia se mantenga siempre en el aire. y cuando uno cree que una palmada basta para alejarlos, ese ego pegajoso, sucio como los globos de cumpleaños después de la merienda, se queda ahí, desagradando ese aire nuestro, que ahora valoramos necesario. En estos meses aquellos que no tienen pareja instituida, que no practicaron regularmente sus pasos con su núcleo familiar, se han vuelto adictos al co

La casa, mi vereda y el buzón - Por Cátulo Bernal.

AVENTURAS MILONGUERAS DE ENCIERRO Bailamos en la milonga improvisada de la sala. Limpiamos. Volvemos a bailar. Creamos muebles nuevos para la nueva casa. Diseñamos vestidos, vestuarios y acontecimientos para el día que la cuarentena nos deje por fin ir a casarnos al hostal de los señores Mawartz. Inventamos nuevos juegos con las cartas, Hacemos castillos, creamos universos para que Adolfito  los destroce con sus felinas uñas sin cortar. Cocinamos, comemos, limpiamos, volvemos a cocinar. Nina trabaja telemáticamente y yo escribo. Hago clases de escritura creativa para mis abandonados alumnos y Nina diseña. Cocinamos, comemos, limpiamos. Mi padre  revisa sus notas sobre milongas vistas, milongas imaginadas y aquellas a las que quiere ir cuando la geografía vuelva a alargarse. Y todo el tiempo habla, y habla y habla. La primera noche de amor después de dos semanas separados la voz de papá me hizo saltar de la cama dejando abandonadas las caricias. Me asome al pasillo y a la puerta que da

LIBRO DE LAS MILONGUILLAS III (Buscando a Clemencio)

«Quienes conozcan los abruptos acantilados de Cornualles no dejaran de preguntarse porque a Linder Crusfish, milonguero  de importación e improbable nacionalidad, venido a más luego de varias temporadas frecuentando los peores tugurios bailables del planeta se le ocurrió montar una pista en Lands End, el fin de la tierra visto desde el lado de las Islas Británicas. Si uno  tiene la suerte de encontrar y en consecuencia preguntar a un milonguero natural de aquella céltica comarca, este hipotético bailarín hablara de leyendas artúricas o mitos que prefiguraron una rara forma de bailar milonga avant la milonga y que el emprendimiento delirado de Crusfihs buscaba en realidad  un receptáculo de poder  telúrico tal y como los buscadores de leyendas buscan la espada Excalibur o la cueva donde Merlín, el mago vegeta prisionero. El caso es que el hombre se hizo traer en helicóptero una pista prefabricada con madera de roble y asentándola con  seis estacas de hierro de metro y medio que hizo cla

LOS TRES MILONGUEROS DE DALECHANCHO FUMÁS - Comentado por A. Gurrietes Borges

Editorial EL CROTO,  consciente de los tiempos que nos tocan vivir, acaba de sacar un nuevo bodrio para distraer o sus seguidores y desesperar —tiemblo al pensarlo— a todos esos pobres desgraciados en confinamiento con esta única lectura. Fruto de alguna de sus muchas fiestas de pre-presentación en la que los amigos del editor  y poetastro Dalmacio Ganci dan pábilo a sus desventuras literarias en egotistas orgías esta gruesa adaptación de la obra Dumas/Maquet tiene su correspondiente en la dupla Fumás/Chaquet.  Sabido es que Dumás se llevó el crédito literario aunque acabó en la ruina mientras Maquet acabó sus días en la riqueza. Cosa que no se espera de estos dos sirvientes del patetismo a quienes habrán olvidado en la próxima bacanal. Vayamos directamente al monstruo, adelantando desde ya que los supuestos escribas son cómplices de un inverosímil cruce entre la novela original, la literatura gauchesca y —el cerebro nos mantenga coherentes— la ciencia ficción. Si  mecho mis apreciacio

LIBRO DE LAS MILONGUILLAS II(BUSCANDO A CLEMENCIO)

«Es curioso como el ingenio del ser milonguero obtiene diversión de la torpeza ajena. Si a la primitiva costumbre de criticar de los patriarcas y matriarcas de  mesa y  vino le agregamos la innovación tecnológica, obtenemos algo similar a lo que ocurre en la única milonga de la inexistente ciudad japonesa de Kamorisu. Digo inexistente porque la ciudad es un plató de filmación abandonado en Italia,  un basamento real construido por encargo para  la animación virtual de una ciudad ideal creada por  diez mil hikikomoris que la habitan sin salir de su habitación. En esta imposible locación ha encontrado refugio una pequeña comunidad de milongueros que, haciendo uso de una de las salas principales han montado impunemente su milonga, bajo la dirección de dos parejas Argentinas con ansia y sin dinero.  Allí, todas las noches estos caraduras de catalogo, que malviven o sobreviven del turismo milonguero y los despistes entre las tablas y los cartones decorados, cobran precios que van desde la b

LIBRO DE LAS MILONGUILLAS (Buscando a Clemencio) Por Catulo Bernal.

"La Milonga de Sucundum debe su nombre al enano volcán extinto donde se asienta. La ambición y la locura del hombre han puesto sobre la superficie del cono una cupula de plastico azulenco que aprovecha la luz natural para iluminar la gigantesca sala y una permanente muestra de arte de lava,con objetos minerales  o animales de forma curiosa y una atracción sujeta a la roca volcánica: un Drakkar con cuatro vikingos en siesta eterna desde la única erupción registrada en 1273, que sirve como no podía ser de otra manera como altar de peregrinación y barra con un envidiable surtido de cervezas artesanas y otros brebajes.. Se accede al interior por un agujero horadado en la roca y se llega luego de sortear algunas galerías al centro de la erupción.  En el centro mismo, allí donde la tierra manifestó su inconformismo eructando sin mayores consecuencias Ignor Cruster, millonario y filantropo empresario del tango, puso su pista de madera de abeto ruso encerada con aceites noruegos de navega